sábado, 20 de diciembre de 2014

LOS PELIRROJOS



Aquel sería el primero de muchos. Mi obsesión con los pelirrojos comenzó un jueves en el cine de barrio al que iba tres veces por semana, pero los jueves eran un día especial. Ese día esperaba a que llegase “mi chica”, me sentaba  detrás  y soñaba con sus besos. Yo solo tenía doce años, pero lo que sentí por aquella desconocida fue lo más cercano al amor que he podido experimentar en mi vida. Pero aquel jueves la acompañaba un joven pelirrojo, que al poco de empezar la película comenzó a besarle el cuello de manera  asquerosa. Al cabo de los años, aquel pelirrojo sería el primero en mi larga lista de víctimas, todas pelirrojas.

                                                                       Benigno Montenegro
                                                      

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