“No mires hacia atrás no quiero ver el camino…”, así
comenzaba aquella canción de Los Payos con la que te conocí. Eras una
hermosa y alegre estudiante que lo
iluminaba todo con su sola presencia. Yo era un joven triste y serio que
intentaba encontrar su lugar en el mundo. Nuestros caminos se bifurcaron en
algún momento y casi sin darnos cuenta, nos alejamos y desaparecimos en el
torbellino de nuestras vidas.
Ahora te vuelvo a ver en este anunciado final,
después de tantos años, sonriente y sensual como antes, en medio de este
resplandor que augura mi nuevo destino.
Benigno Montenegro
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