jueves, 25 de septiembre de 2014

Las (?) vidas de Lucas






Os voy a contar como conocí a  Lucas, mi gato, pero antes permitidme que me presente: me llamo John Doe y me gano la vida escribiendo novelas para otros. Ellos se llevan la gloria y los premios, pero no me importa: me pagan bien y sé que la gente paga por leer lo que sale de mi vieja Olivetti. Firmado por otro, claro.  Adoro el anonimato.

Mi vida cambió el día en que mi vecina del 3° me abordó en el ascensor:

- Muy bueno el libro de Jorge Javier Vázquez

- Ah, pues no sé, yo no leo esas cosas

Se me acercó y me puso un dedo en los labios.

- A mí no me puedes mentir. Lo sé todo

Me quedé aterrorizado, ¿Cómo lo había  descubierto?
Una semana más tarde sonó el timbre. Era ella con el último libro de Pérez Reverte en sus manos.

-¿Me lo dedicas?

Estuve a punto de desmayarme de la impresión. Si hablaba, podría destrozar mi vida. Aparte de famosillos televisivos y escritores de best sellers, tres premios Planeta, dos Goncourt y un Pulitzer se encontraban entre mis clientes. Sería el mayor escándalo literario de la historia y yo el hombre más buscado y perseguido del planeta. Me pararían por la calle, me acosarían. Le cerré la puerta.

Tomé una decisión: esa noche cogí mi cuchillo Santoku favorito, capaz de cortar un pelo en el aire y me dirigí a su casa.
Me abrió la puerta y sonrió al ver el cuchillo:

- Eso sería una mala idea, John. Si algo me ocurre un programa en la nube enviará a todos los periódicos tu secreto.

Caí de rodillas ante ella.

-¿Qué puedo hacer, qué quieres de mí?

- Quiero ganar el premio Nobel

- Pero, ¿Escribes?

 - No, para eso estás tú. Sonrió con maldad. Y ya que traes cuchillo, hazme la cena

Su gato se acercó a mí de un modo zalamero. Lo agarré sin pensarlo dos veces y con él en brazos salí corriendo del piso, del edificio, de la ciudad...

Vuelvo a ser una persona feliz. Ella se conforma con ver una foto de Lucas con vida cada semana, para no denunciarme y yo a cambio le escribo algún microrrelato. Nada más.

Es un buen trato ¿no creéis?


                                       José Manuel Ruiz

martes, 23 de septiembre de 2014

La camisa afortunada

Soy  un  alma  errante,  que  vaga  por  las  inmensidades  de  tu  piel  aterciopelada.  Busco  mi  destino.  Para  ello,  debo encontrar  las  musas  que  me  devolverán  a  la  vida.  Aun tres  son  las  afortunadas  que  me  tendrán  como  huesped errante. Pero  se  me  escapaba algo.  Mi verdadero  destino  se encontraba  en  seguir  vagando  entre  aquellas  maravillosas musas.

domingo, 21 de septiembre de 2014

El silencio de las flores



Está su puesto en el mercado lleno de coronas sin mensajes de condolencia. Fue una extraña última voluntad; sobre todo para él, que se había pasado toda la vida entre letras, diseñando escrupulosamente verdades a medida, que después vendía al peso. 

Todo empezó a tener sentido cuando publicaron su esquela en las páginas de economía. “Las acciones se disparan, y la amenaza de que se agoten los te quiero hace cola en los juzgados”. 

“Prioridad para la relaciones de más de tres años” sentenció el gobierno, que sabía que la sinceridad en estos casos, podría ser fatal. Mientras tanto y bajo manga, políticos de ambos partidos se hacían con todas las promesas que el vendedor de verdades guardaba en su almacén.

La clase media no tuvo tanta suerte, y solo aspirábamos a descuartizar la sección necrológica de los periódicos para salvar alguna frase recortada y destilada de mentiras, bajo el colchón, como colchón.

En pocas horas se agotaron los “te echo de menos”, “te llamaré”, “no significó nada” o “en cuanto tenga tiempo nos vemos”. Decían que el stock de síes aún resistiría, pero yo por si acaso, dejé de preguntarle si me quería. Pronto, nuestros mensajes de amor, se fueron pareciendo cada vez más al silencio de las flores del vendedor de verdades, que siempre se protegió de acabar con un “Algún día te olvidaremos” sobre unas rosas marchitas.

(http://dias-impares.blogspot.com.es/)



DESAMOR









Lo solté de repente, necesitaba liberarme de él y resbaló atravesando ese vacío que hay entre tu y yo. Ese vacío que dibuja un rostro ajeno a nuestro amor de antes. 

Fue deslizándose hasta perderse de vista, enjugado por aquel pañuelo que un día me regalaste para evitar que mi desesperación se convirtiera en un mar de lágrimas.




                                                                                    Paco García

Ellos no entienden






Olvídate de él”, me dijeron. Como si fuese tan fácil. Así y todo lo intenté, juro que lo intenté: los lunes los dedicaba a olvidar tus mentiras, los martes el roce de tus dedos, los miércoles olvidaba a las otras. A todas ellas.

Él sólo ha existido en tu imaginación”, me dijeron más tarde.
No pueden entender porqué en cada foto que conservo de ti, tu rostro o el color de tu piel son distintos; también cambia el color de tus ojos, pero nunca tu mirada, esa mirada capaz de penetrar hasta el último rincón de mi ser.

No entienden que tu cuerpo ha ido cambiando a lo largo de los siglos, pero que tú siempre eres el mismo. Alguna vez que te encontré y no me reconociste me vi obligado a matar tu cuerpo, de la misma manera que ahora haré con el mío. Ellos no entienden que el cuerpo es sólo un recipiente temporal que cambiamos cuando ya no nos sirve, que yo volveré a encontrarte en una próxima vida.

Mis ojos se cierran, el cianuro apenas me deja ya escribir. Hasta pronto mi amor, tenemos toda la eternidad por delante para amarnos.

               ???.....   ¡¡José Manuel Ruiz!!

El cocinero

     





     Pablo Salmerón, premiado por tercer año consecutivo en el Encuentro Gastronómico más importante de la provincia, había desaparecido del salón de reuniones del hotel. Mientras recogía el premio una hora antes asaltó su mente el aroma, sabor y textura de un nuevo plato, que le esperaba en el restaurante. Consiguió los ingredientes que le faltaban en la tienda de veinticuatro horas del matrimonio uruguayo. Se había convertido en su mejor cliente nocturno. Intuía la medida exacta del clavo que llevaba la receta, no debía anular el ligero aroma a limón que necesitaba. Se deleitaba como si estuviese masticando cada trozo. Hacía una semana que no paraba ni para comer, había llegado a la perfección de saborear los platos que preparaba sin necesidad de probarlos. 
      Transcurrieron así dos semanas más, cocinando sin descanso. Una noche el matrimonio uruguayo echó de menos a su mejor cliente. Cuando amanecía el sereno de la zona pasó por su tienda y les dijo que lo había encontrado, muerto de hambre.


 

sábado, 20 de septiembre de 2014


Lo que la primavera esconde 


Yo soy de el valle de Upasan. Donde en las noches de verano, las viejas a la luz de una hoguera, todavía relatan historias de nuestros antepasados.Historias de tiempos duros, de cuando la mera supervivencia y una barriga llena constituían la felicidad.
Historias, como la de los jóvenes enamorados que en la noche de la despedida se juran amor eterno.
A la mañana siguiente el, parte con el resto de los muchachos a las montañas para pasar allí el invierno y superar la prueba que separa a los niños de los hombres y ganarse así el derecho a elegir mujer.
Pero el invierno es mucho mas duro de lo acostumbrado y la aldea sufre pensando en los muchachos.
La joven cuando en las noches siente silbar el viento helado, pide a las estrellas que ayuden al dueño de su corazón.
En un acto de sentido común los jóvenes adelantan el regreso. Pero nuestro joven no esta entre ellos y lo único que alguno puede contar es que la ultima vez que lo vieron era perseguido por unos lobos hambrientos.
Poco a poco el invierno se suaviza,pero el joven no regresa y las mujeres intentan en vano convencer a la muchacha para que pose sus ojos en otro. 
La aldea espera con impaciencia los primeros días de sol para celebrar la fiesta de los emparejamientos, pero este parece haberse ido para siempre al igual que la alegría de el corazón de la joven.
Por fin un día amanece esplendido con el sol brillando en todo lo alto.A media mañana regresa el muchacho con una gran sonrisa en los labios y en el pecho.
Desde entonces en el valle de Upasan sabemos que la felicidad es mas que una barriga llena y decimos que la primavera conspira y sabe esperar para que se cumplan los sueños de los enamorados.

 

valle de Upasan región  de ( de la)                                                                                                 ???

El último latido

El  disparo  a  quemarropa  dejó  un  agujero  que  jamás  podría  tapar.  Ese vacío  que  dejaba  correr  una  vida,  tras  un  torrente  del  color  de  la sangre.  Pasó  el  tiempo,  siendo,  mas  que  un  aliado,  una tortura.
Cada  día  a  la  misma  hora,  volvía  a  recordar  cómo,  en  aquella  cama, dejaba  un  vacío  en  el  corazón  de  quien  había  sido  su  compañera  sentimental.

viernes, 19 de septiembre de 2014

DURA VIDA


 
 
DURA VIDA

Ella llegó con su corazón hecho pedazos. De su vida anterior, en la oscuridad, apenas recordaba nada, la soledad era su compañera entonces aunque estaba rodeada de otras como ella. Se sentía ahora desnuda, sin esa piel que la protegía. Le costaba soportar el calor del abrazo de él. Se mezclaban poco a poco, sustituía así su piel por sus abrazos. Flotó por un instante para caer bruscamente en un suelo frío y ver con temor cómo un hombre uniformado que no conocía de nada les llevaba a los dos a una mesa llena de estudiantes que los miraban con codicia. Dura vida, la de la patata.
 
 
 

 

Confesiones de una chica apasionada




   «   Querido Diario:
                               Hoy me ha vuelto a pasar y ya es la tercera vez este mes. Afortunadamente a éste solo le he roto tres costillas. Y es que me lo dice mi terapeuta, que no ponga tanta pasión, que no me deje llevar por la excitación, que me controle… Pero lo peor de todo es que se ha corrido la voz por los sitios que frecuento por las noches y el ligar se me está haciendo casi imposible. Como esto se ponga un poco más difícil voy a tener que volver a desahogarme con mi primo Superman.»

                                                     SUPERGIRL                                                    

                                                                             
                                                          Benigno Montenegro     

                                                                                     

jueves, 18 de septiembre de 2014

ANONIMATO













Por donde pasaba iba dejando su enigmática huella: para aquella mujer que se sobresaltó cuando estaba en la ducha, al evidenciar su desnudez, como si una ráfaga de aire hubiese corrido ligeramente la cortina; para aquél borrachín que chocaba violentamente contra la puerta de un bar, como para castigarse a sí mismo por su vicio, o para aquella falsa medium, que durante su sesión de espiritismo vio estupefacta como ascendía casi hasta el techo su escuálido cliente...un truco que no figuraba en su repertorio.

Fue durante una tarde de viento otoñal cuando lo descubrieron por casualidad.Una sabana suelta de un tendal, se topó con algo, y cruzó aquella plaza apresuradamente, arrastrando sus bordes sobre el pavimento enlosado, y desde su abultado y agitado centro, se oyó un escandaloso y prolongado alarido.


                                                                                                                                Paco García                                                                                                                                              



martes, 16 de septiembre de 2014

Isa en la ISS







- ¿Viajar a la Estación Espacial? ¿Ha perdido usted el juicio? dijo con estupor la empleada de la NASA.

- En absoluto, aquí tiene el recibo. Me inscribí ayer. Ahí lo pone. Sonrió.

- Era real: Isa Rodríguez. Siete días de estancia en la ISS. Pensión completa.
Algún fallo informático, tal vez.
Pero... No puede ir...sólo los astronautas viajan allí. ¿Ha estado alguna vez en el espacio?

- Sí, dijo ella con mirada melancólica: llevo años poniendo parches de tristeza y silencio en el espacio que me separa de él, de su sonrisa, de su boca con sabor a regaliz

- La empleada entendió que nada de lo que dijese o hiciese impediría que aquella chica decidida viajase a la Estación espacial. Selló el billete.
"Adelante, vaya por ese pasillo. El transbordador sale en una hora"










Un microrrelato inspirado por la inimitable Isa Rguez   ;-)





          
Jose Manuel Ruiz

jueves, 4 de septiembre de 2014

Un enfermo de lo más saludable



"Estos son los resultados de sus análisis, todo está perfecto", comunicó el médico de urgencias a los familiares de G. "Tan sólo tiene la tensión un poco alta. 
Se lo llevaron a casa sin decirle nada. Mejor que no supiese la verdad.
Cada día estaba más débil. Una semana más tarde, tras ver que casi se ahoga en su plato de sopa, decidieron llevarlo de nuevo a urgencias.
Al poco tiempo del ingreso el doctor se acercó a ellos con expresión grave en el rostro:
"No hemos podido hacer nada, dijo, esta vez hasta la tensión estaba perfecta. No he visto a nadie tan sano en mis 30 años de carrera"
Lloraron. Habían hecho todo lo humanamente  posible. No se podía hacer más. El informe médico no dejaba lugar a dudas:
Causa de la muerte: Exceso de buena salud


                                                       
 
José Manuel Ruiz