jueves, 25 de diciembre de 2014

COMPASIÓN


   “No mires hacia atrás no quiero ver el camino…”, así comenzaba aquella canción de Los Payos con la que te conocí. Eras una hermosa  y alegre estudiante que lo iluminaba todo con su sola presencia. Yo era un joven triste y serio que intentaba encontrar su lugar en el mundo. Nuestros caminos se bifurcaron en algún momento y casi sin darnos cuenta, nos alejamos y desaparecimos en el torbellino de nuestras vidas.

   Ahora te vuelvo a ver en este anunciado final, después de tantos años, sonriente y sensual como antes, en medio de este resplandor que augura mi nuevo destino.

                                                                               Benigno Montenegro

EL PRIMERO DE MUCHOS

     Aquel sería el primero de muchos. Pasaron distintos Papa Noeles por su salón desde que tenía tres años. De los anteriores no se acordaba, aunque en las fotografías de su madre aparecía sentado en sus rodillas o en sus brazos. Ese fue el primero de los contratados por su madre para la campaña de Navidad en la tienda. Ella guardaba el traje de Papa Noel en el armario de su habitación, bajo llave, desde que su padre apareció demasiado pronto para darle una sorpresa aquella primera Navidad y el chico de instituto tuvo que salir corriendo desnudo por la escalera. Ella guardó apresurada su ropa y se escondió en la cama del niño. Pero él deseaba que llegara la Navidad, porque aquellos chicos disfrazados siempre le traían regalos de los que repartían en el centro comercial y él jugaba en el salón mientras su madre y ellos firmaban los contratos en el escritorio de la habitación.
  

sábado, 20 de diciembre de 2014

LOS PELIRROJOS



Aquel sería el primero de muchos. Mi obsesión con los pelirrojos comenzó un jueves en el cine de barrio al que iba tres veces por semana, pero los jueves eran un día especial. Ese día esperaba a que llegase “mi chica”, me sentaba  detrás  y soñaba con sus besos. Yo solo tenía doce años, pero lo que sentí por aquella desconocida fue lo más cercano al amor que he podido experimentar en mi vida. Pero aquel jueves la acompañaba un joven pelirrojo, que al poco de empezar la película comenzó a besarle el cuello de manera  asquerosa. Al cabo de los años, aquel pelirrojo sería el primero en mi larga lista de víctimas, todas pelirrojas.

                                                                       Benigno Montenegro
                                                      

jueves, 4 de diciembre de 2014

LOS AJEDRECISTAS



"¿Dónde estarán…?" El sonido del reloj interrumpió mis cavilaciones y volví a concentrarme en el tablero. Mi contrincante había cometido un error clamoroso. Sólo tenía que jugar mi dama y le daría mate en cuatro jugadas, era un final de libro. Miré de soslayo a Isma. Su  mirada expectante contradecía la forzada indiferencia de su gesto. Tras un instante de indecisión, acerqué la mano a la torre que protegía a mi rey. Prefería mantener viva aquella amistad que ganar la final  del torneo.


                                                                            Benigno Montenegro