La máquina del paraíso
El olor a café inspiraba al escritor que llevaba dentro. Se posaba junto al jardín del vecino, y daba rienda suelta a sus deseos, plasmándolos en su máquina del paraíso. El tecleo armonioso era el despertador de todo el pueblo. En todos y cada uno de sus siguientes días, se escuchó la misma melodía,
quedando aquel pueblo convertido en su paraíso.
Si no es mucho preguntar ¿Sabes dónde venden estas máquinas? :)
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