jueves, 13 de noviembre de 2014

LA RULETA


Comprendió que no le quedaba nada por perder cuando la bola se detuvo en aquella casilla: «¡Trece, impar y negro!». Acababa de perder sus últimas fichas  y sus esperanzas. En aquella perversa rueda se había evaporado todo. Hasta había perdido el apartamento en el que malvivía solo y aburrido. Cabizbajo se dirigió a la salida del garito. De pronto, un pequeño anuncio en la pared llamó su atención: ¿NECESITAS DINERO?. NOSOTROS TE LO FACILITAMOS AL INSTANTE. SIN AVALISTAS. TUS ÓRGANOS SON DINERO EN EFECTIVO. ¡LLÁMANOS! De manera inconsciente, casi sin darse cuenta,  sacó el teléfono de su bolsillo y empezó a marcar: seis, cuatro…

                                                                                Benigno Montenegro

1 comentario: