El
Original
Soy
maestro. Hace diez años que soy maestro de la Escuela de Primaria de
Tenancingo, Zac. Han pasado muchos niños por los pupitres de mi escuela. Creo
que soy buen maestro. Lo creía hasta que salió Panchito Contreras. No me hacía
ningún caso, ni aprendía absolutamente nada: porque no quería. Ninguno de los
castigos surtía efecto. Ni los morales, ni los corporales. Me miraba insolente.
Lo rogué, le pegué. No hubo modo. Los demás niños empezaron a reírse de mí.
Perdí toda autoridad, el sueño, el apetito, hasta que un día ya no lo pude
aguantar y, para que sirviera de precedente, lo colgué del árbol del patio.
1: El
gran día
Me llamo
Pancho, aunque todos me dicen Panchito. Soy hijo de Guadalupe Contreras, cantinera
de Tenancingo, Zacatecas.
Hoy, en su
lecho de muerte, me ha confesado al fin el nombre de mi padre. Ahora voy a su
encuentro. Es el maestro del pueblo. Seguro que se alegra mucho de verme
Uno es
dueño de sus saberes, pero esclavo de sus pasiones. Pongamos mi caso: me llamo
Pancho Contreras, tengo un Coeficiente Intelectual superior al de Einstein y 5
libros publicados sobre mecánica cuántica. La pasión que me esclaviza es el sadomasoquismo
y sobre todo el profesor de la escuela de Tenancingo. Me encanta provocarle y
ver sus como sus manos grandes y callosas me golpean sin piedad. Una y otra vez. Temo que esto acabe en tragedia
3: Venganza
Cuando despertó
el dinosaurio, Panchito Contreras seguía allí, colgado de la higuera. Con mucho
cuidado, descolgó su pequeño cuerpecito del árbol, lo enterró y rezó una oración.
Encaminó
sus pasos a la escuela primaria de Tenancingo.
El sueño
le había impedido salvarle la vida. Ahora le vengaría
Jose Manuel Ruiz
Ooooh...no se cuál me gusta más. Creo que el segundo. Geniales, Jose. Y el guiño al dinosaurio genial.
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