domingo, 1 de junio de 2014

EL DESERTOR

Aquel hombre se había vuelto loco, no paraba de darse cabezadas contra la pared y de arañar la pintura de la habitación. "Su hijo ha muerto" las palabras del médico entraron en sus oídos para quedarse, ¿Qué tendría que sentir un padre por su hijo muerto?, él no tenía lágrimas, porque un padre llora cuando se le muere un hijo, quizás la tristeza le infectara el corazón. Vivir, ¿Porqué?, la locura
para desertar del dolor.
La calidez de la sangre resbalando por su brazo, su último momento de dicha.

Manuela Castro

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